Sentencia absoluta contra los militares uruguayos en Italia
 
Jeremías M. Taurydzkyj | Maldonado
 
Ninguna duda cabe que tanto en Italia como en Europa en general la justicia es independiente.
 
La reciente sentencia absolviendo a los militares uruguayos que habrían participado del “Plan Cóndor” para eliminar guerrilleros, así lo demuestra. O sea que los jueces italianos no se dejaron presionar por lo mediático, ni por la presencia del Vicepresidente del Uruguay Raúl Sendic, ni de la Directora de la Institución Nacional de Derechos Humanos y también de funcionarios italianos de alto nivel, los cuales fueron a buscar sus propios “réditos” que hubiera significado una sentencia condenatoria.
 
El Vicepresidente de Uruguay, por su parte, sumó otra frustración a su larga lista, así que sería bueno que vuelva rápido a su país y se ponga a trabajar.
 
Pero la reflexión inicial a mi criterio es la más importante. No tengo dudas que si los militares uruguayos hubieran sido juzgados en algún país sudamericano, Argentina por ejemplo, su suerte estaría echada de ante mano. La presión de las organizaciones de izquierda y de derechos humanos, las que miran para un solo lado, no les hubieran dado a los jueces la suficiente independencia de criterio ni la tranquilidad para dictar una sentencia justa. Ya que además también pendería sobre sus cabezas la posibilidad cierta de que, en caso de una sentencia absolutoria tendrían, con total seguridad, denuncias ante Consejos de Magistraturas o similares, para ser removidos de sus cargos por acuse o de “complicidad” o de “mal desempeño de sus funciones” entre otras acusaciones que las organizaciones de izquierda inventarían.
Y entiéndase bien, que la presente nota está inspirada solamente en la defensa de una justicia independiente, ya que en lo personal no tengo ningún apego ni simpatía por los militares, ya que siendo de descendencia ucraniana, mi país de sangre sufrió los embates de la bota de los militares soviéticos sostén del aparato estatal y partidario de la ex URSS, y que significó sólo para mi nación, en los 70 años de dominación comunista bolchevique, la pérdida de aproximadamente 15 millones de vidas humanas, 7 millones con el Holodomor o hambre artificial implementado por Stalin en los años 1932/1933 y el resto en la Segunda Guerra Mundial donde los ucranianos fueron enviados como “carne de cañón” en las filas del ejército rojo.
 
Secretariado de la RCU.

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