Sr. Director del diario La Prensa.
De mi consideración.
Si bien la visita a la Argentina del Presidente de la Federación Rusa Vladimir Putin fue breve, no por ello debe pasar desapercibida.
En primer término, y sin perjuicio de la diversidad de intereses económicos y comerciales entre ambos países, llama la atención que un país como la Argentina, que tanto ha hecho por los derechos humanos y políticos en general, reciba a un dictador de una potencia, que como continuadora de la ex Unión Soviética, siga el mismo camino colonialista de su antecesora.
Y no sólo la invasión a la República de Georgia, hace unos años, la destrucción a sangre y fuego de los chechenos patriotas, sino que el ejemplo más visible fue la anexión, sin más, de la península de Crimea, o sea de una porción de territorio ucraniano.
Además el apoyo explícito de Rusia a los separatistas de Donestsk y de Luhansk , dos provincias ucranianas, donde luchan ciudadanos rusos, con armas rusas y comandantes entrenados en Rusia, es otro ejemplo de este colonialismo al que apuntamos. Y véase que estamos en pleno siglo XXI.!
O sea este es el país –Rusia- con el que la Argentina se “florea” que dice es su mayor socio estratégico de la región etc.. apoyando inclusive a la anexión de la Crimea ucraniana a la Federación Rusa en “canje” por el, a su vez, apoyo de Rusia a la causa Malvinas, justa por cierto. No se entienden las comparaciones, como no se interpretan muchas cosas de la política internacional.
Los ucranios en la Argentina, agrupados en la Representación Central ucraniana, protestamos contra la visita de Putin y los atropellos cometidos por su régimen contra el pacífico pueblo ucraniano. Y atención no estamos contra el pueblo ruso, quien está sumido en una dictadura desde casi una década y media.
Jeremías M.Taurydzkyj (DNI 10.513.559)