Últimamente en algunos medios de comunicación argentinos, salieron a la luz publicaciones que  tratan de productos radioactivos de origen ucraniano,que supuestamente fueron contaminados en la zona cercana a la central nuclear de Chornobyl en la ciudad de Pripyat.

Los autores de esas sucias insinuaciones simplemente ignoran las normas morales y éticas, usan el factor de la tragedia de Chornobyl y los recuerdos de sus trágicas secuelas para Ucrania, que son una herida en el alma de la sociedad ucraniana durante 27 años. No son los primeros casos del uso de este tema para desacreditar a Ucrania.

Hoy Ucrania desempeña un papel importante en la cooperación internacional en el ámbito de la protección del medio ambiente. Como miembro de la ONU, Ucrania forma parte de una serie de tratados multilaterales en este ámbito. El Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación es uno de esos tratados. Es un instrumento multilateral de protección del medio ambiente que, en particular, controla los desechos peligrosos. Ucrania, entre otras cosas, constantemente toma medidas para cumplir con las obligaciones generales previstas en el artículo 4 del Convenio.

Reconociendo la importancia de proteger el medio ambiente, Ucrania cree que la aplicación de los tratados internacionales en este ámbito, incluyendo el Convenio de Basilea, es una garantía del futuro seguro de nuestro planeta.

¿A quién beneficia la posibilidad de excluir a Ucrania como un actor fuerte y potencial en el mercado de América Latina, usando reiteradamente la imagen “radiactiva” de Ucrania después de la tragedia de Chornobyl? Siguiendo la lógica de la competitividad y los procesos geopolíticos que tienen lugar alrededor de Ucrania, se impone la respuesta.

El argumento principal y la mejor respuesta a los autores de los “creativos” artículos provocativos, siguen siendo productos ucranianos de alta calidad, y las palabras favorables de los socios argentinos.

En esta situación, uno se da por satisfecho al ver como la mayoría de los medios de comunicación de la República Argentina reaccionaron: simplemente se desistieron de publicar otra falsa sensación de Ucrania.

Ni el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina hizo caso omiso en esta cuestión, tras confirmar que no existen los hechos, de la detección de los elementos contaminados de origen ucraniano. Esees otro indicio de que las relaciones de amistad entre Ucrania y la República de Argentina son más importantes que las intenciones sucias de terceras partes de difamar a nuestro país.

Por lo tanto, la publicación de la información sobre la supuesta importación de productos contaminados de origen ucraniano en el territorio de la República Argentina es una medida dirigida hacia un objetivo – perjudicar la posición de Ucrania como un exportador mundial de productos de metal, industria de maquinaria, industria aeroespacial y aeronáutica, armamento y equipo – todo lo que la Argentina y otros países de América Latina requieren para su desarrollo económico y bienestar.

 

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