En el año 1942, las fuerzas de ocupación nazi en Ucrania, que ya presentían la derrota en la guerra con la ex Unión Soviética y sus aliados los EEUU y la Gran Bretaña, dieron a publicidad una circular que determinaba que en todas las tierras ocupadas de Ucrania, debían sacarse todas las campanas de las iglesias, con el fin de llevar el acero a Alemania para el uso de las fuerzas armadas.

En esa época, en Ucrania Occidental, actuaban grupos insurgentes de la Organización de Nacionalistas Ucranios de Esteban Bandera. Trabajaban en grupos de tareas de 3 a 5 activistas. Tomaron conocimiento de los planes nazis, y es así que en el pueblo de Seredna Bereza, en Kosivschyna, los miembros de la OUN (b) para evitar la expropiación forzada de las campanas, comenzaron acciones de desarmado de las mismas y ocultamiento, para evitar reiteramos, la depredación nazi.

Es así que dos grandes campanas de 1 tonelada de peso fueron enterradas en el predio de la iglesia de Seredna Bereza, y dos más pequeñas de 500 kgs. de peso fueron enterradas en la casa del activista Iván Ihnatiuk.

Dicha actividad estuvo encarada por la hermandad de la iglesia, con conocimiento de muy pocas personas, ya que los nazis, en el caso de enterarse, fusilaban sumariamente a los conspiradores.

Iván Ihnatiuk murió en febrero de 1957, luego de haber pasado algo más de 10 años preso por las fuerzas del NKVD (ex KGB) y su hermano Stepán murió en 1944. Ambos sabía de las campanas.

El primero, antes de su muerte le confesó a su esposa Anna , en qué lugar estaban enterradas las campanas.

Aproximadamente a fines de 1950 las dos campanas más grandes fueron encontradas e instaladas nuevamente en la iglesia. Otra de las campanas, la más pequeña de media tonelada, también fue hallada.

Pero faltaba una. Sin embargo a principio de los años 90, uno de los hijos de Iván, Mykola comenzó una intensa búsqueda de la campana, aunque no tuvo suerte. Hace poco volvió a Ucrania desde el exterior, el hijo de Mykola ( o sea el nieto de Iván) , Miguel. Volvió a la búsqueda de la campana, utilizando algo más de tecnología, y encontró la misma enterrada en el predio de la casa de su padre, que obviamente había sido de su abuelo, aprox. entre 60 y 70 cms. de profundidad.

Y luego de restaurarse la misma, la campana nuevamente servirá para llamar a los feligreses a los oficios religiosos.


Dr. Jeremías Taurydzkyj
Secretario

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