La vergüenza de los premios Pulitzer.

El máximo galardón que otorga los EE.UU a la prensa en sus diferentes rubros, está y estuvo devaluado en varias oportunidades. La más grave entendemos es la que involucró al corresponsal del New York Times Walter Duranty, quien ganó un premio Pulitzer en 1932, por su presentación de informes de Rusia, habiendo escrito que “las denuncias sobre la hambruna eran “una propaganda maligna”.

Algún tiempo después, el propio Stalin o sea el mentor del Holodomor había dicho que …”Siete millones de personas mueren a su alrededor y sin embargo estos necios no acertaron a ver nada” comentaba años después jactándose de la burda puesta en escena de esa época. Previamente a las visitas, las calles eran “limpiadas” de ciudadanos moribundos o fallecidos de hambre y en su lugar cientos de figurantes (aquí los llamamos “grupines” J.T.) con aspecto saludable, pertenecientes al partido y al ejército, deambulaban ante los ingenuos ojos de los observadores. Agregamos que esta “parodia” se hizo también antes prominentes políticos e inclusive artistas de fama internacional a quienes se los invitaba a “recorrer los pueblos del campo de Ucrania” en los cuales se montaban abundancia, fiestas, gente “alegre” que cantaba yendo a su trabajo, etc…Su testimonio luego se volcaba en la prensa del exterior para enervar la poca prensa que sí hablaba del hambre mortal en Ucrania.

El New York Times nunca repudió los desaciertos de Duranty y los intentos de algunos sectores de opinión y de la prensa americana para retirarle el Pulitzer acabaron no dando fruto esperado, ya que la Junta Pulitzer se niega una y otra vez a revocar dicho premio. Una comisión del gobierno ucraniano fue la última en hacer la solicitud el 29 de abril de 2003.

En el 70 aniversario de la Gran Hambruna en Ucrania, el Congreso ucraniano de Estados Unidos o sea la central de los ucranianos en dicho país (UKKA. El redactor), afirmó que Duranty era un defensor del líder soviético José Stalin, que entre otras cosas negó la gran hambruna que sufrió Ucrania a principios de los años 30, pero su solicitud de rever el premio no tuvo el éxito esperado.

La organización del Pulitzer nunca ha retirado un galardón.

Argumentos rebatidos (léase “presuntamente rebatidos” J.T.)

Por su parte, el ‘New York Times’ en un intento de defenderse de la acusación de parcialidad o complicidad u omisión en la revisión y/o estudio de la tarea de su corresponsal, explicó que ya hace tiempo que se desmarca de los artículos que escribió su otrora corresponsal en Moscú. «La cobertura del ‘New York Times’ de la Unión Soviética ha rebatido copiosamente durante años las informaciones de Duranty», afirma un comunicado del rotativo.

De todos modos, continuó en su descargo del diario de New York, «el premio a Duranty le fue concedido por un grupo específico de historias en 1931» sobre el plan económico quinquenal de Stalin, recuerda el ‘Times’, «no en 1932 o 1933, cuando el hambre azotó Ucrania con fuerza.”

Recordemos que los Premios Pulitzer son galardones para el periodismo escrito, por literatura y composición musical que se otorga en los Estados Unidos desde 1917, establecidos por el testamento por el editor estadounidense de origen húngaro Joseph Pulitzer y la universidad de Columbia en la ciudad de New York.

Nota de la redacción: no tenemos dudas que la “ingenuidad” de Duranty no fue tal, y que una vez más, la propaganda soviética o sea la “inversión” en dicha propaganda fue la que “convenció” al ganador del Pulitzer, de sus artículos periodísticos.

Fuente: investigación propia.

Dr. Jeremías M.Taurydzkyj
Redactor de la RCU

 

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