El juicio político criminal contra el historiador y disidente Ucraniano Valentín Moroz tuvo lugar el 17 de noviembre de 1970. Varios disidentes fueron llamados por el gobierno soviético a declarar para la acusación contra el acusado.  Entre ellos estaba la disidente artista de la Generación del 60 Alla Horska. Alla se negó a testificar de la misma manera que los demás. Sin embargo, sin ninguna evidencia, lo que no era un problema en los juicios soviéticos, Valentin Moroz fue condenado por agitación y propaganda antisoviética con una sentencia de hasta catorce años de régimen severo.

El 28 de noviembre de 1970, Alla fue al pueblo de Vasilkov, en la región de Kyiv, cerca de la ciudad de Fastov, a la casa de su suegro, para recoger una máquina de coser. No volvió a casa. Su esposo Viktor Zaretsky la fue a buscar,  con preocupación, al día siguiente. La casa en Vasilkov estaba cerrada. La policía se negó a permitir la entrada forzada. El mismo día, el suegro fue encontrado sin cabeza cerca de las vías en la cercana estación Fastovsky. Tres días después, la policía obligó a abrir la puerta de la casa de su suegro en Vasilkov. En el sótano encontraron el cuerpo de Alla Horska. De acuerdo con el análisis médico de la muerte, ella fue golpeada en la parte posterior de la cabeza.

La investigación policial determinó que el suegro, con un puñetazo en la parte posterior de la cabeza, mató a su propia nuera, utilizando la propia máquina de coser, y luego se lanzó a las vías del tren frente al tren que se aproximaba. El motivo nunca se presentó ni se discutió.  Tampoco se explicó la integridad física del presunto delincuente, pues el anciano Zaretsky tenía una edad bastante avanzada e incapaz de realizar tal acto.

Muchos amigos, compañeros de la “Generación del 60”, asistieron al funeral de Alla,  que se convirtió en una manifestación disidente nacional contra el gobierno soviético, insistiendo en que Alla había sido asesinada por el régimen. El discurso de despedida fue pronunciado por disidentes, Vasily Stus, Evhen Sverstyuk, Ivan Hel y Oles Serhienko. El poeta Vasyl Stus se mantuvo arrodillado durante todo el Servicio y luego se despidió de Alla con su propia poesía especial para la ocasión.

Casi cuarenta años después, los documentos soviéticos acababan de estar disponibles en los archivos de la KGB gracias a los esfuerzos de Alexei Zaretsky, el hijo de Alla y Viktor, lo que demostró claramente que tanto Alla como su suegro fueron asesinados por orden de la KGB por las actividades disidentes de Alla.

 

Conocí a Viktor Zaretsky en junio de 1990 en su casa en un pueblo cerca de Kyiv, dos meses antes de su muerte por cáncer. Hablamos sobre el movimiento de la “Generación del 60” del que él y su esposa eran parte integral, así como sobre la muerte de su esposa y su padre. No había duda en su mente de que ambos asesinatos eran obra de la KGB. En particular, como artista, habló sobre los talentos de su esposa y su amor por el color en su trabajo artístico, su dedicación a Ucrania y su gente. Hablamos de algunos de sus amigos entre ellos, el colega artista Opanasi Zalyvaja, quien trabajó con Alla en el famoso mosaico (tríptico. J.T) del retrato revolucionario del poeta Ucraniano y Bardo Taras Shevchenko, que se llamaba Shevchenko Madre. Conocí a Zalyvaja por primera vez unas pocas semanas antes en Ivano-Frankivsk.

 

Los años sesenta (Generaración del 60) fueron un movimiento muy significativo en la historia de Ucrania. Tal vez sin ellos, el 24 de agosto de 1991, la declaración de la independencia ucraniana sería más afín a las declaraciones similares en otros Estados soviéticos, como Bielorrusia, sin el posterior desarrollo democrático y la publicidad e influencia de la sociedad civil que surgió y se conoce en Ucrania. El fervor de Ucrania hacia la independencia y la democracia se inspiró fuertemente en el trabajo y la vida de la Generación del 60. Nuestra conversación con Viktor Zaretsky fue notable, sorprendentemente modesta. Mostró una profunda lealtad a su amada esposa, que murió por una causa ucraniana, como dijo hace veinte años. Todos mis pensamientos se centraron en la suerte que tenemos de que los ucranianos, como nación, tengamos personalidades heroicas tan dedicadas.

Alla Horska nació en la ciudad de Yalta, Crimea. Viktor Zaretsky nació en el pueblo de Belopilla, región de Sumy. Opanas Zalyvaja nació en el pueblo de Husynka, región de Kharkov. Vinieron de todos los rincones de Ucrania para salvar a su país y su gente. Por supuesto, Ucrania occidental tenía su propio contingente de héroes, pero Ucrania es realmente una nación y un país desde las montañas de los Cárpatos o el río Shian hasta el lejano Kubañ, algunos sugerirían aún más. Gloria a Ucrania por tener a esas personas. Recuerdo eterno de Alla Horska en este quincuagésimo aniversario de su partida prematura en la eternidad. 

 

 

16 diciembre del año 2020  Askold S. Lozynsky

(Askold Lyzynsky, ex presidente del SKU. ( J.T)

 

Nota del redactor: está en preparación, ya para pasar a imprenta el libro póstumo del resistente ucraniano de la Generación del 60 Iván Hel, del cual soy traductor y editor. Primer libro en idioma castellano (español) sobre el tema. Jeremías M.Taurydzkyj

 

 

Dr. Jeremías M.Taurydzkyj

Redactor R.C.U.

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