Irene Samowerskyj (Traducción Catalina Pochylak)
G. E.HUDSON, AÑO 1960.
Las majestuosas calles arboladas de Villa Sarmiento dialogan con la historia del barrio y con los destellos de la intimidad de su leyenda, otorgándole un valor natural único…naturaleza infinita.
Un esplendoroso sol matinal testimonia un prometedor día de verano. Una tímida y aromática brisa compone una suave melodía; de vez en cuando, algunas nubes blancas cruzan veloces por el deslumbrante cielo azul celeste como si estuvieran coronadas de espuma.
Mi madre-elegante y radiante, con la sencillez de su vestido color rosa viejo casi tan fino como la textura lumínica de su cutis satinado y sus sedosas ondas naturales doradas como el trigo- lleva en una cesta artesanal un mundo de hilos de colores, agujas y lienzo de lino blanco; se ubica en una silla en torno a la mesa rústica de hierro del modesto patio lateral interior de la casa-color malva- que resplandece con pintorescas baldosas geométricas en marfil y granate, bajo la generosa sombra del ciruelo con su espeso encaje verde y sus dulces frutos rojo violáceos- espacio donde frecuentemente se entrega a las lecturas y huellas poéticas, degustando una infusión dulcemente floral de té de manzanilla-entretanto las coquetas mariposas de brillantes colores mueven sus alas entre las ramas como un hechizo.
Mis dos hermanas mayores-Tatiana y María Ulana- se prodigan cariño… juguetean con sus trenzas de oro seguidas por nuestra fiel perrita amaestrada “Plamochka”-Manchita, de color beige, con una de sus orejas negro azabache-que trota con alegría a sus pies para luego tenderse al sol, reparten maíz en el corral a las ruidosas gallinas que cacarean y se balancean en las hamacas- guardianas de sus memorias más bellas- entre las almidonadas sábanas tendidas y los coloridos naranjos en cuyas copas, como inmensos paraguas, anidan gorriones.
Nuestro querido padre-siempre con gesto disciplinado, carismático y con una mente analítica-se consagra al apasionado y exquisito trabajo de la filatelia mientras que el tic tac del reloj de pared de madera tallado con guardas ucranias se adueña de su escritorio, junto al suave zumbido de un ventilador; un luchador incansable-empero, en su mente infatigable, siempre gesta proyectos y materializa nuevos desafíos a pesar de las huellas-aún presentes-de su largo sendero de espinas. Da gracias al Cielo por tal bendición.
La cita de mi madre es inminente. Bordar con la pericia de sus hábiles manos le inyecta un torrente de vida; erguida, con las rodillas juntas y la espalda recta concentra su atención con fértil imaginación y devoción en la preciada Vyshyvanka, su dedicación en cuerpo y alma…una verdadera y sutil obra de arte con gran atractivo visual. Cada color, cada puntada en punto cruz, cada diseño primorosamente ornamentado es pensado prolijamente. Borda afectos e hilos de amor, borda sueños, borda lágrimas…
Ella tiene un milagro para contar… el de la vida nueva que alberga en sus entrañas. Puede figurarse su carita, sus manitos…está sumamente sensible.
Dos solitarias lágrimas se deslizan lentamente hasta la delicada línea de su mentón. En su natal Ucrania, su madre- un gran remanso de amor- yace en la cama de un hospital y se va extinguiendo como una llama. Duele, sí, claro que duele. Rememora sus caricias, sus tiernos besos, su alma hermosa…
Soy una diminuta y frágil espectadora, liviana como una libélula, con suspiros balsámicos. Cuelga frente a mis inocentes ojos la tibieza de una tela transparente. Siento que mi madre llora en silencio. Percibo su inmensa pena. Con dulzura, la acaricio con suavidad a través del cordón de seda rosa coral que fortalece nuestro íntimo vínculo. El tiempo- instintivamente- parece detenerse en un instante eterno con el sonido acompasado y lento de nuestra respiración. Mi existencia comienza a tomar color. Me da una entrañable bienvenida:
-Mi bienamada niña…escucho los latidos de tu corazoncito- pronuncia con voz aterciopelada.
Se toca el vientre; siente un movimiento apenas perceptible, como el aleteo de un pececito. Se queda quieta anhelando percibirme nuevamente cuando, al fin, advierte otro de mis aleteos semejante al cosquilleo de las burbujas de aire. Una dicha enorme…una declaración de amor que cambiaría el curso de su vida para siempre.
Ella es la puerta íntima a mi vida, reflexiono.
-¡Dios, protégela… hoy y siempre!-exclama emocionada, a modo de súplica.
Para ella, ese bebé tiene tono rosado; se llamaría Orysia… aunque mi padre viene barajando un nombre de varón para perpetuar el apellido.
Con un suave golpeteo, la tomo otra vez por sorpresa; le comunico mi presencia:
-Aquí estoy yo. Crezco dentro de ti, día a día… nado dentro de tu agua de rosas -digo con un hilo de sabiduría.
-¡Muñequita…te amo! -se expresa con una sonrisa colmada de ensueño.
-Un día, al igual que tus hermanas, tú, hijita mía, que ya vienes en camino, lucirás la impalpable delicadeza de mi Vyshyvanka en la cual plasmo-con patrones de bordado- un lenguaje escrito ornamental exclusivo para ti, en honor a nuestro gran legado cultural y espiritual; te protegerá el alma…jamás te abandonará…la amarás con fuerza y tesón inquebrantable, dejando mi recuerdo en tu piel-susurra, acariciando la belleza suprema de su creación como si fuese una fina alhaja de cristal.
-Con Fe, moverás montañas -asegura con pasión.
-Que así sea, mama. Amén- le respondo con mis ojos velados por lágrimas.
Se acomoda el cabello con las dos manos, se llena los pulmones de aire para que en ese aire viaje su fragancia dulzona a rosas, la que tantas evocaciones encierra; entona las primeras notas cristalinas y puras de una canción de cuna ucrania que la acompañaron en cada momento crucial de su vida. La nostalgia hizo eco en su arte.
-¿Cómo estás mi Reina?- me pregunta con serena fortaleza.
-Ansiosa por vestir mi ADN ucranio, mama…la emblemática Vyshyvanka mediante la cual enlazo mis sueños con los colores de tu bordado. Bordo deleitada en mi alma tus ojos…bordo en mi corazón tu amor…tu recuerdo siempre me acompaña. ¡Creo que hoy la nostalgia la siento más que nunca!-subrayo.
-¡Gracias por las raíces… gracias por las alas, Mama y Tato…gracias por el bordado de la vida! Los sigo amando. Me hicieron fuerte…
-¡Gracias, benditas Argentina y Ucrania, gracias!-repito.
Hilvano un Padrenuestro.
Soy este secreto…desde la conmovedora perspectiva de la dulce espera de mi madre.
“La Peque Orysia”-Irene- la viva imagen de su padre…una miniatura suya…aquel puñadito rosado que cuenta sus secretos al ciruelo, de cuyo generoso tronco cuelgan capullos de campanillas de un alegre azul violeta intenso- testigo de sus postales cotidianas en la ciudad de Bernal.
Los momentos de afecto profundo nunca se perderán en los pliegues de la memoria. Si mis padres me regalaron la presente historia es para que la utilice en la edificación de la mía, barnizada-tal vez- con la pátina que las décadas y la nostalgia dan a las cosas. Mis manos vuelan libremente para contarla y plasmarla por escrito, afloran mi pensamiento creativo y constructivo, el cual alberga mis más sólidos matices de sentimientos. En mi alma y en mi cuerpo… las marcas de la vida; el tiempo…un cielo infinito de principios y finales…un hilo de amistad que el tiempo jamás borrará.
Aquel mundo en Hudson con los jazmines en flor…
Mi mundo en Bernal con mis camelias en flor…
Tan lejanos antes, tan cercanos hoy.
Cada momento tiene su bordado…hay que mirarlo con el corazón.
Un abrazo…esa raíz que permanece como la belleza eterna.
¡¡¡GRACIAS!!!
IRENE SAMOWERSKYJ
Traducción: Catalina Pochylak
Nota de la autora:
La imponente y elogiada Vyshyvanka-actualmente-engalana las glamorosas revistas internacionales, lujosos atelieres y casas de moda de alta costura, conquistando primorosas pasarelas y grandes alfombras rojas donde los diseñadores se lucen de la mano de las cotizadas estrellas, definiendo una privilegiada expresión estética de incalculable valor artístico y legado cultural.
Iván Frankó-uno de los más célebres, prestigiosos y talentosos escritores, poetas y traductores de la Literatura Ucrania- impuso y aportó una línea de moda-con estilo propio- al vestir la Vyshyvanka combinada con sus tradicionales y clásicos trajes. En los billetes conmemorativos de 20 hryvnias- moneda de curso legal en Ucrania- aparece su efigie, luciendo la misma con gran orgullo.
El Dia Internacional de la Vyshyvanka se celebra el tercer jueves del mes de mayo-data del año 2006-. Una expresión de civismo y nacionalismo…comunión cultural e iluminación de la conciencia espiritual colectiva. Inspira solemnidad, fidelidad y lealtad hacia nuestros seres queridos y hacia nuestra amada Ucrania. Significa mucho más que una prenda de vestir; implica un símbolo de la identidad patriótica ucrania.
Existen canciones dedicadas a nuestra Vyshyvanka.
A continuación, la bonita letra de “Dvá Kolory ”-Dos Colores- :
Cuando era joven, en una primavera
Pensé en ir a buscar mi destino,
Mi madre me bordó una camisa
Con hilo rojo y negro,
Con hilo rojo y negro.
Coro
Estos dos colores, dos colores
Sobre el lino, están en mi alma.
Estos dos colores, dos colores:
Uno es el amor y el otro, es la tristeza.
—-
La vida me llevó por muchos sitios
Más siempre acababa volviendo a mi hogar.
Se enlazaron mis felices y mis tristes caminos
Como los hilos del bordado de mi madre
Ya se aproxima la vejez
Y es hora de volver a casa.
Traeré mi tesoro de lino
Con mi vida bordada
Con mi vida bordada en él.
Música: Año 1964
Escrita por: Dmytro Pavlychko
Interpretada por: Bodyk Darmohray
Irene Samowerskyj
Dr. Jeremías M.Taurydzkyj
Redactor R.C.U.