El 8 de mayo, en el 76º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, el Congreso Mundial de Ucranianos (UWC), junto con la comunidad internacional, honra la memoria de millones de víctimas y rinde homenaje a quienes dieron su vida por un mundo libre.
La Segunda Guerra Mundial, que comenzó en 1939 con la invasión nazi-soviética y el desmembramiento de Polonia, se convirtió en la guerra más brutal de la historia de la humanidad. Su precio no se puede calcular: solo en Ucrania, se perdieron más de 8 millones de vidas y más de 2 millones de personas fueron deportadas por la fuerza. Hoy rendimos homenaje a los millones de ucranianos que lucharon valientemente en la Segunda Guerra Mundial, incluidos más de 250.000 ucranianos que lucharon en las fuerzas armadas de Polonia, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá. Estamos en deuda eterna con ellos.
Encontrándose entre los imperios totalitarios y asesinos de Hitler y Stalin, el pueblo ucraniano luchó valientemente contra ambos regímenes de ocupación. El final de la Segunda Guerra Mundial lamentablemente, no trajo paz y libertad a Ucrania. En cambio, la Unión Soviética de Stalin trajo opresión y tiranía a Ucrania y a muchos otros pueblos oprimidos de Europa del Este.
Hoy, el pueblo de Ucrania se ve nuevamente obligado a luchar por su tierra y libertad mientras Rusia intenta subyugar a Ucrania al dominio imperial. Rusia, el agresor de hoy, utiliza los símbolos de la Segunda Guerra Mundial para justificar y glorificar la ocupación de Crimea y la invasión del Donbas ucraniano.
«En honor a los millones de víctimas de la Segunda Guerra Mundial y en memoria de quienes lucharon por un mundo libre, el Congreso Mundial Ucranio (UWC) pide a la comunidad internacional que reconozca estos hechos históricos para que no se vuelvan a repetir. La reciente escalada de la agresión rusa ha demostrado una vez más lo frágil que puede ser la paz, dijo Pavlo Grod, presidente del Congreso Mundial UCranio (UWC). – No deberíamos intentar complacer a un tirano moderno que está tratando de reconstruir el Imperio Ruso y la soviética «cárcel de los pueblos»
